Amantes de los
circuitos internacionales de pasarelas, entendidos en ropa, que no en moda. Modernos
convictos, grupies y streetstylers coleccionistas de tendencias. Nueva semana y
nuevo post. Solemos decir que entre enero y febrero la moda camina un poco sin
rumbo, nos encontramos entre lo que se llevó y lo que se llevará.
Año nuevo, moda
nueva, fondo de armario que permanece, y tendencias que guardaremos en el cajón
hasta próximo aviso. Es el momento de mudar la piel, aunque es interesante
hacerlo siempre teniendo presente “la piel que habito”. Que habito y que me da
forma, que habito y que constituye mi esencia, mi estilo, mi sello. Aunque a
este respecto, como en las cuestiones del corazón, no hay reglas marcadas. No
siempre acertamos: pero siempre aprendemos.
Y es en esta
transición, en la que calentamos motores para una primavera gráfica, fría, con
binomio blanco y negro encumbrado en clave geométrica y minimalista; aprovecho
para reivindicar, en clave invernal, la esencia de la primavara: las flores. ¿Flores?
¿Primavera? ¡Que novedad! Apuntaría más de uno en un tono sarcástico y viperino
que mataría al más pintado. Aunque no de pintar va la cosa, y es que estas
flores se erigen al amparo del handmade, la inspiración barroca y el eterno
petit pua (punto de cruz) como herramienta creativa.
Abrigos, capas,
vestidos, y una batería de bolsos y accesorios para los que, desde el mismo día
que se presentó en show, ya había lista de espera. Hablo de la colección de Dolce & Gabbana: paradigma del arte floral en clave petit pua. Y el relevo
lo toma Olivier Rousteing para Balmain, en su exquisita colección inspirada en
los famosos Huevos de Fabergé, donde se cuelan bordados maravillosos hechos a
mano, con leitmotivs del barroco en clave floral. Leitmotivs que se extrapolan
en clave cool, dando vida a tshirts estampadas que conquistan.
Flores que
anteceden a la geometría primaveral, suntuosos tejidos que preceden a la
ligereza de las sedas milrayas de este verano, esencia floral revisada en clave
handmade prevía a un estío pulcro, de contrastes, sin estridencias. Como muchos
de nuestros estilos, como muchas de nuestras aristas, como muchos de nuestros
corazones. Feliz Semana.